Narciso era un joven muy bello, hijo del río Céfiso y de la ninfa Liríope. Debido a su gran belleza todas las personas que le rodeaban, incluso muchachos, se enamoraban de el; pero Narciso rechazaba a todos de una forma poco educada y muy arrogante. Una de las mujeres que sufrió su abandono fue Eco, quién se murió entre unas rocas intentando consolar su sufrimiento
A causa de los males que Narciso había provocado a Eco, la diosa de la venganza divina, Némesis, le castigó haciendo que se enamorara de si mismo, a través de su propia imagen reflejada en las aguas. Pasó gran tiempo intentando coger su imagen y rescatarla del mar, así que como no lo conseguía acabó tirándose al agua y así morir ahogado. Donde su cuerpo calló nació una bonita flor que hizo honor a su nombre y a su belleza.